Super Metroid seguirá siendo la referencia de la saga, pero eso no significa que las nuevas entregas no puedan superarlo en muchos aspectos
No tengo ninguna duda de que Metroid Dread es el mejor juego de la saga en tanto que es al que mejor se juega con gran diferencia. Y aunque sé que el referente de la franquicia seguirá siendo el que sentó las bases, Super Metroid, me entusiasma el trabajo que ha llevado a cabo el estudio español Mercury Steam.
Ojalá poder conocer mejor la intrahistoria de esta segunda colaboración entre Nintendo y el estudio madrileño, pero una cosa parece clara: las bases que sentaron con Metroid: Samus Returns, el remake del título original de Game Boy, se han expandido por fin en un producto totalmente original que además consigue lo que muchos fans llevamos años pidiendo: que la saga avance en su narrativa.
Los acontecimientos de Metroid Dread tienen lugar poco después de Metroid Fusion, el hasta el momento último punto de la cronología de la saga. Tras infectarse con el parásito X, verse despojada de su armadura y tener que impedir la propagación de dicho parásito en una muy delicada situación personal y emocional, que pasa por tener que enfrentarse de manera muy literal a sí misma, Samus Aran quedó en un punto muy interesante como personaje.